La inmersión es la quinta causa de muerte en jóvenes del mundo, de los cuales se ha concluido, después de diversos estudios, que el 35% de los casos son fatales, el 33% queda con algún daño neurológico y el 11 % con daño neurológico severo, dejando en consecuencia a un 21% sin daños y esto es gracias a que se rescato antes de los 5 o 10 minutos.
Dentro de estos datos se ha confirmado que el mayor porcentaje ocurre dentro de la casa, y entre los días viernes y domingos entre las 4 y 6 de la tarde, ya que este corresponde al horario en que los padres o cuidadores están más cansados y distraídos.
Se calcula que en el mundo mueren cada año por ahogamiento 388000 personas, siendo mayoritariamente en niños menores de 4 años.
En Chile esta es la primera causa de muerte en niños mayores de 1 año, tan sólo en el año 2011, más de 800 menores de edad sufrieron algún accidente en playas y piscinas. De ellos, 162 fallecieron y 700 quedaron con secuelas permanentes o parciales.
Existen personas que están más expuestas que otras a sufrir estos accidentes, dependiendo de los siguientes factores:
Los menores de 5 años suelen presentar los mayores índices de mortalidad por ahogamiento en todo el mundo, con la única excepción de Canadá y Nueva Zelanda, donde la tasa más alta se da en los varones. Esto como ya sabemos se presenta porque los niños requieren de mayor vigilancia de los cuidadores que otras personas.
Especialmente elocuentes son las estadísticas sobre ahogamientos de niños en algunos países:
- Australia: en los niños de 1 a 3 años, el ahogamiento es la primera causa de muerte por traumatismo no intencional.
- Bangladesh: el ahogamiento es la causa del 20% de todas las defunciones de niños de 1 a 4 años de edad.
- China: el ahogamiento es la primera causa de muerte por traumatismo entre 1 y 14 años de edad.
- EE.UU.: el ahogamiento es la segunda causa de muerte por traumatismo no intencional entre 1 y 14 años de edad.
Los niños que viven cerca de puntos o cursos de agua al aire libre (acequias, estanques, canales de irrigación, piscinas…) corren especial peligro, como también aquellas personas que se dedican a la pesca o actividades acuáticas.
Los varones, con un índice global de mortalidad que duplica el femenino, están especialmente expuestos al riesgo de ahogamiento. También tienen más probabilidades que las mujeres de ser hospitalizados por un episodio de ahogamiento no mortal. Los estudios indican que ello se debe a una mayor exposición al agua y a prácticas más arriesgadas, como los baños en solitario, a veces tras consumir alcohol, o la navegación.